Esta receta es para tenerla en la primera hoja de nuestro recetario por qué es increíblemente fácil.

Leí esta receta a Cristina, cocinera de Kanela y Limón y un referente en el mundo gastronómico-bloguero, hace ya un tiempo y tenía muchas ganas de hacerla.

Esta vez, aunque parezca extraño en mi, la he hecho tal y como aparece en su pagína.

Sigo con la dieta, así que he dejado unos cuantos para mi chico y el resto los he llevado al trabajo para compartir. ¡Mis compis me han dado el aprobado!

Es muy  fácil, así que espero que os animéis.

Si no tenéis moldes para donuts podéis hacerlos en otros moldes de silicona, siempre y cuando tengan agujero central. Aunque tendrán otra forma, sabrán igual de bien.

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INGREDIENTES

· 180 gr. Harina

· 30 gr. Cacao Puro en Polvo (Valor)

· 8 gr. Levadura Química

· 120 gr. Azúcar

· 3 Huevos, talla M

· 1 cucharada de Esencia de Vainilla

· 1/2 Yogur

· 100 gr. Nata (30% M.G.)

· 60 gr. Aceite de Girasol

 

Para el glaseado:

· 125 gr. Azúcar Glas

· 25 gr. Cacao en polvo

· 3 cucharadas de Agua Hirviendo.

 

EMPEZAMOS

No hace falta robot para esta receta, es muy fácil y a mano se hace perfectamente.

Precalentamos el horno a 160º.

En un bol ponemos los elementos sólidos: La harina, el cacao y  la levadura tamizadas.

Después añadimos el azúcar y mezclamos.

Dejamos a un lado y mezclamos los líquidos en otro bol.

Batimos un poco los huevos (sin espumar), añadimos el aceite y la nata.

Después le toca el turno al yogur y a la esencia de vainilla (he echado un tubito de éstos entero).

Mezclamos con un tenedor evitando que salgan burbujas.

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Mezclamos los dos boles.

Ponemos la mezcla en una manga pastelera para poder repartirla mejor en los moldes. Para que veáis que soy una persona de recursos, he utilizado una bolsa de congelar a modo de manga pastelera.

He puesto la bolsa en un vaso batidor con uno de sus picos hacia abajo. El vaso nos ayuda a sujetar la bolsa mientras vertemos el relleno. He echado la mitad de la mezcla, he cerrado la parte de atrás de la bolsa girándola y he cortado una esquina por donde echaré la mezcla.

Tenemos que llenar los moldes hasta la mitad. Si utilizáis los clásicos mini-moldes para Bundt (los rojos de la foto de arriba o parecidos), llenarlos sólo en la parte inferior, 1  ó 1’5 cm de alto más o menos.

Cuando hemos rellenado todos los huecos, cogemos el molde o los moldes y los dejamos caer sobre la encimera, dando unos pequeños golpes, para que la masa se expanda y se quiten las burbujas que pueda haber.

Tampoco os obsesionéis quitando burbujas, que no pasa nada si tiene alguna, con un par de golpecitos ¡Listo!

Horneamos 12 minutos con calor arriba y abajo. Sacamos, dejamos reposar en los moldes otros 5 minutos y después desmoldamos para dejar enfríar.

¡Llega el momento glaseado!

Una vez que están fríos podemos glasearlos.

Mezclamos los tres ingredientes: el azúcar glas, el cacao y las tres cucharadas de agua hirviendo.

He bañamos los donuts por su lado más liso por que en mi opinión quedaban más bonitos, pero es una opción personal.

El glaseado se seca en seguida, por lo que tenemos que bañar los donuts rápidamente. Si se espesa basta con meterlo unos 15-20 segundos en el microondas.

Como podéis ver he puesto papel film en la encimera y una rejilla para que los donuts goteasen el sobrante. Como se seca en seguida no cae mucho, pero mejor prevenir.

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Curiosidades:

Los donuts clásicos son una masa frita, al hacerlos horneados no saben a los donuts de siempre, saben más bien a bizcocho. Eso si, un bizcocho riquísimo bañado en azúclar glas y chocolate fundido. ¡Buenísimo!

Esta vez he hecho el glaseado tal y como os he explicado, pero creo que quedaría mejor si añadimos el agua caliente al chocolate y añadimos el azúcar glas después. Ya os contaré la próxima vez que lo haga.

Si queréis hacer glaseado blanco: Ponemos azúcar glas en un bol (150 gr.) y vamos añadiendo agua templada mientras mezclamos enérgicamente hasta que se forma una crema blanca. En mitad del proceso debemos añadir unas gotas de limón, ésto hace que quede más blanco.